dimarts, 26 de gener del 2010

BARKATU ERDERAZ EGOTEA




Historia de Gipuzkoa (I).

Gipuzkoa, a lo largo de la historia, no ha estado configurada de igual manera. El actual territorio nace de las sucesivas conquistas que el reino de Castilla fue arañando al estado independiente que nos englobó a todos los vascos, Nabarra.

Los cronistas de Carlomagno, tras ocupar la actual Gasconia (Baskonia), llamaban nabarros a los baskones que eran independientes para diferenciarlos de los que tenía sometidos. Éstos navarros se organizaron creando el reino de Pamplona en el año 824.

La línea que separa las diócesis de Pamplona/Iruñea y Baiona pudo ser la frontera con el reino Franco y el hecho de que la Gipuzkoa nuclear esté dentro de la diócesis Pamplonesa hace pensar que Gipuzkoa formó parte del reino de Pamplona desde el principio.

La actividad de los vikingos por las costas, hizo que éstas estuvieran casi despobladas. En el año 859 el mismísimo rey de Pamplona García Enekez fue capturado ¿en Gipuzkoa quizás? y liberado tras el pago de un rescate.

Los primeros documentos hablan de donaciones de monasterios Gipuzkoanos al monasterio nabarro-aragonés de San Juan de la Peña en tiempos de Sancho III “el Mayor” (1004-1035). Los reyes al firmar los documentos nombraban las diócesis sobre las que gobernaban, “rey en Pamplona, Alava y Nájera” por lo que se omitían Bizkaia o Gipuzkoa que estaban integradas en Alava y Pamplona.

La comarca del Bidasoa perteneció a la diócesis de Baiona hasta el año 1567 en que Felipe II de España presionó al Papa para que la separase y la integrase en la de Pamplona y así fortalecer la frontera con la parte independiente del reino de Nabarra con la escusa de cerrar el paso a las ideas reformistas.

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La conquista castellana (II).

El reino de Nabarra estaba estructurado por un sistema de tenencias. Los tenentes, al contrario que en Castilla, no eran señores feudales, eran nombrados por el rey y no poseían en propiedad las tierras que administraban. La tenencia de Gipuzkoa abarcaba los valles del Urola, Oria y Urumea.

Tras la muerte de Sancho III “el Mayor” en 1035 la comarca del Bidasoa se integró en Gipuzkoa al separarse del vizcondado de Lapurdi (éste quedó dentro del ducado de Baskonia). Posteriormente, en 1076, al morir asesinado el rey Sancho IV en Peñalén (Funes), los castellanos invadieron la nabarra occidental. Las deserciones de tenentes, que deseaban tener las tierras en propiedad, provocaron que avanzasen rápidamente hasta el rio Oria. A partir de 1109 Alfonso I “el Batallador” recuperó todos los territorios perdidos y desterró a los traidores, entre ellos los López de Haro, a Castilla.

El avance castellano entre 1173 y 1179 obligó al rey nabarro Sancho VI “el Sabio” (1150-1194) a reestructurar las defensas creando para ello las tenencias de Aitzorrotz (separándola de Bizkaia) y la de San Sebastián (separada de Gipuzkoa) a la que otorgó el primer fuero marítimo que se dio en Nabarra y el más antiguo de Europa junto con el de Baiona.

Gipuzkoa no se integró “voluntariamente” en Castilla. En 1199, tras la feroz acometida de las tropas de Alfonso VIII de Castilla, todo el territorio gipuzkoano sucumbió, no sin presentar dura defensa ya que según las excavaciones realizadas, existen signos evidentes de luchas en los castillos gipuzkoanos, que además fueron destruidos, y tenentes, como el de San Sebastián, Joan de Bidaurre, siguieron desempeñando funciones en la parte independiente del reino de Nabarra como premio a su lealtad.

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La dominación Castellana (III).
Un documento de Alfonso VIII de Castilla, afirma que Gipuzkoa es parte de su reino pero “con las leyes dadas por Sancho VI de Nabarra y si no lo acatan serán castigados”. Enfermo, redactó un testamento en 1204 prometiendo devolver las tierras arrebatadas “injustamente” a Nabarra, pero al recuperar la salud olvidó su promesa. Posteriormente todos los reyes nabarros reclamaron estas tierras como propias.


Los reyes de Castilla, para evitar la despoblación, se dedicaron a dar cartas de fundación a las poblaciones ya existentes como Getaria, capital entonces de Gipuzkoa, que ya había sido aforada por los reyes de Nabarra. Puertos como el de Hondarribia se vieron superados por el de Baiona, nuevo destino de las mercancías nabarras.

La nueva frontera entre Castilla y Nabarra creó una situación insostenible al situar una frontera militar donde antes había pastos comunales sin amojonar, lo que trajo bandidaje, robo de ganado, refugio de malhechores y escaramuzas a ambos lados, promovidos por Castilla para mantener la tensión fronteriza. Uno de los episodios más recordados es el ocurrido en Beotibar (cerca de Tolosa) en 1321, donde los oñacinos (banderizos gipuzkoanos) derrotaron a los nabarros cuando se dirigían a Berástegi a escarmentar a las huestes que habían tomado temporalmente el castillo Nabarro de Gorriti. Posteriormente tomaron los castillos de Ausa (1335) y Ataun(1378).

Gipuzkoa volvió temporalmente (entre 1368 y 1373) a Nabarra tras el tratado de Libourne firmado en 1366 entre Carlos II de Nabarra y Pedro I, pretendiente al trono de Castilla. Ya en 1350 los Gipuzkoanos se habían alzado a favor de Carlos II pero finalmente Enrique II se hizo con el trono de Castilla.

La Corona de castilla creó las instituciones gipuzkoanas para lograr un mejor control del territorio y así evitar un nuevo acercamiento a Navarra. En 1397, se reunió en Getaria la hermandad general de Gipuzkoa como una agrupación de villas, valles y alcaldías. El valle de Leintz (Deba Garaia) no se incorporó definitivamente hasta el siglo XVI y el Señorio de Oñati no lo hizo hasta 1845.

Castilla utilizó a Gipuzkoa como arma arrojadiza contra nabarra, reclutó forzosamente tropas en la invasión de 1512. A los nobles no hubo más que pagarles bien. El lamentable episodio de Belate sirvió para que durante más de 400 años el escudo gipuzkoano luciera los cañones que un grupo de gipuzkoanos interceptó durante el intento de liberación de Pamplona en otoño de 1512 por las tropas nabarras.

Es una contradicción celebrar una fiesta en torno a un alarde militar, que recuerda otra batalla, ésta ocurrida el 30 de junio de 1522 en Irun, en la que el ejército español derrotó al Nabarro-Labortano, (francés lo llaman los españoles) durante un nuevo intento de independencia nabarra. El alarde de Hondarribia también se creó para celebrar otra “supuesta victoria” del ejército español ante los franceses.
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Irun y Hondarribia nunca aceptaron ser parte de Gipuzkoa, de hecho intentaron reincorporarse a la Alta Navarra tras la ocupación militar española de 1512. Hondarribia fue Nabarra entre 1521 y 1524. Pleitearon entre 1638 a 1666 y en 1702, y lograron integrarse entre 1805 a 1814. Todavía en 1936 lo seguían intentando pero las autoridades franquistas lo impidieron.
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Los sucesivos recortes a los fueros (antiguas leyes nabarras) y la amenaza de suprimirlos provocaron los enfrentamientos armados conocidos como las guerras carlistas. Tras la derrota en 1876 fueron derogados totalmente. Hasta 1931 hubo intentos de reunificar Gipuzkoa junto a Araba y Bizkaia con la Alta Navarra pero fueron desbaratados por el estado español. Finalmente, la creación de un ente como la Comunidad Autónoma Vasca o Euskadi no ha hecho más que alejar la posibilidad de reunificación.


Lectura recomendada: La Navarra marítima (T.Urzainqui y J.M.Olaizola)

Osoa.net: http://www.osoa.net/Articles/gipuzkoanos_de_nabarra.pdf

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Los dialectos del euskara en Gipuzkoa (IV).



Mucho se ha especulado sobre el origen de los dialectos. El historiador zuberotarra Arnaut Oihenart defendía que coincidía con los antiguos pueblos vascos; el Bizkaitarra era el propio de los caristios, el gipuzkoano el de los várdulos, el alto navarro de los baskones pero falla la teoría en Araba y Lapurdi.

Serapio Mújika y Julio Caro Baroja defendieron durante el siglo XX que el origen se debía a las antiguas mugas de las distintas diócesis eclesiásticas, pero esta teoría vuelve a fallar en Gipuzkoa (diócesis de Pamplona), la zona del Bidasoa, ya que no se habla Labortano en toda ella, y en el pirineo navarro (subdialectos del labortano y zuberotarra o suletino).

En los últimos años va cogiendo fuerza una nueva teoría sobre el origen de los dialectos presentada por Koldo Mitxelena y por el profesor de la UPV-EHU Koldo Zuazo. En ella defienden que el origen es mucho más reciente de lo que se pensaba ya que existe una gran similitud entre ellos, incluso en los neologismos utilizados. Los dialectos más diferentes se dan en los extremos (Bizkaitarra, Ronkales, Zuberotarra).

Las diferencias vendrían dadas por las relaciones comerciales entre las distintas comarcas. Por un lado estarían las vías que unen la costa bizkaina con la meseta pasando por Gasteiz (Altube, Barazar, Arlaban); en Tolosa, a partir del s.XIII se crearía otro polo con influencia en los valles colindantes; la comarca del Bidasoa ha sido la salida natural al mar desde Pamplona y los valles pirenaicos del norte con sus vecinos del sur.

La mayor diferencia se da entre los dialectos del oeste (Bizkaia, Gipuzkoa) y del este (Alta Navarra, Iparralde) motivado por la conquista de la nabarra occidental en 1200. Las ocupaciones española (1512) y francesa (1620) del resto de Nabarra provocaron las diferencias más notables entre los dialectos de Iparralde (norte) y Hegoalde (sur) y el acercamiento de nuevo entre los dialectos de Hegoalde.


Para más información:

http://www.osoa.net/Articles/origen_politico_euskalkis.pdf


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2010-01-18
Cronología histórica de Baskonia-Nabarra.
He creado otro blog al que se puede acceder haciendo Klik en el primer mapa de la derecha. En él estoy dando entrada, de manera cronológica y resumida, a los acontecimientos más notables ocurridos en Euskal Herria a lo largo de la historia; desde la llegada de los ejércitos de Roma a Baskonia hasta los acontecimientos ocurridos tras la conquista del estado independiente que tuvimos los vascos, Nabarra.
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